¿Cómo conservar el queso?

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El eterno dilema, la gran pregunta. Probablemente la que más nos hacéis cuando compráis queso o al recibir el pedido “¿cómo puedo conservar el queso? “ En Quesoteca, además de contaros cómo disfrutar del queso, también os ayudamos a conservarlo, y por supuesto, os lo llevamos a casa.

Es muy importante hacerlo de la manera adecuada, para que siempre podamos disfrutar su sabor, aroma, textura como si acabáramos de abrirlo.  Por eso, os traemos unos consejos para conservar el queso correctamente.

¿Qué es lo primero que tenemos que tener en cuenta? Una de las cuestiones más importantes es el tipo de queso que tenemos, ya que la manera de guardarlo es diferente en función de la curación o el tipo de queso que es.

Si tenemos un queso fresco o “tipo burgos” lo aconsejable es consumirlo los días siguientes, una vez abierto. Ya que el período de durabilidad de este tipo de quesos es bastante corto.

Muy importante, mantenerlos siempre en refrigeración. Puedes guardarlo en un tupper, con un trozo de papel de cocina encima o un paño, para que absorba el suero que suelta el queso de manera natural.

El paño o papel de cocina que ponemos, es recomendable sustituirlo, para evitar mal olor, debido a la fermentación.

Quesos cremosos o blandos, el periodo de durabilidad de éstos es mayor. Aunque se recomienda consumirlos pronto para disfrutar de las características originales del producto, ya que con el tiempo, pierde cremosidad, característica principal de estos quesos.

¿Cómo guardamos este tipo de quesos? Envueltos en un film transparente, y dentro del envase original. Si no lo tenemos, podemos utilizar un envase hermético y al frigorífico.

Muy importante que al queso no le entre aire, para así poder evitar el crecimiento del moho.,

Si el queso que tenemos abierto es de pasta dura, la conservación de éste es más sencilla, aunque hay que tener en cuenta la curación. A éstos quesos también les puede salir moho, pero a diferencia de los anteriores, no les perjudica ni al producto ni al que lo consume, únicamente lo afea. Retirarlo con un papel o un paño es suficiente.

Si es un queso de menor curación, debemos conservarlo en el frigorífico, perfectamente cubierto, como haríamos con un queso fresco.

Si la curación del queso es mayor, tiene menor grado de humedad y por tanto se facilita su conservación a temperatura ambiente, aunque siempre en un recipiente adecuado.

Para evitar el enmohecimiento del queso, es apropiado acompañarlos con un poco de arroz que absorberá la humedad.

Nosotros os recomendamos, las queseras de barro, las de toda la vida, ya que mantienen la temperatura interior alargando la vida del queso. Si no tienes una, no te preocupes, siempre tenemos a mano un tupper que es igual de efectivo para la conservación del queso.

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