Muffins salados de queso sin lactosa y tomate seco

Ingredientes:

Ingredientes para hacer muffins salados de queso y tomate seco, para elaborar entre 10 y 12 unidades: 

• 230 g de harina de trigo
• 2 huevos L
• 100 g de queso viejo o añejo La Antigua Sin Lactosa 
• 100 de tomate seco en aceite
• 90 ml de aceite de oliva (o del propio aceite de los tomates)
• 200 ml de leche entera
• 1 sobre de levadura en polvo (16 g)
• 20 g de queso parmesano rallado
• 1 cucharadita de sal·
• Pimienta
• Tomillo
• Albahaca u orégano para decorar 

Modo de empleo:

1. En primer lugar, ralla el queso añejo La Antigua Sin Lactosa. Resérvalo.
2. Escurre los tomates secos de su aceite y pícalos en trozos no muy pequeños. Así te encontrarás con los pedacitos de tomate dentro del muffin al moderlo. No tires el aceite de la conserva, pues está cargado de sabor a tomate y resulta ideal para añadirlo a la masa. Si lo prefieres, puedes usar en su lugar la misma cantidad de aceite de oliva virgen extra.
3. Mezcla en bol grande los huevos, la leche y el aceite. Bátelos un poco hasta que espumen ligeramente. Puedes hacerlo con un batidor de varillas, no es imprescindible que emplees el batidor eléctrico.
4. Tamiza la harina con la levadura, la sal y la pimienta. Añade estos ingredientes secos a los que tenías ya batidos y mézclalos bien hasta obtener una masa homogénea. Para evitar los grumos de harina incorpora los ingredientes secos en dos veces.
5. Coloca unos moldes o cápsulas de papel en una bandeja rígida. Rellena los moldes con la masa de muffins y espolvorea cada uno con queso parmesano rallado y la hierba aromática que hayas elegido. Déjalos reposar al menos una hora en la nevera. Este reposo ayuda a que suban más durante el horneado.
6. Pasado ese tiempo precalienta el horno a 230 ºC e introduce la bandeja. En ese momento baja la temperatura a 190 ºC. Hornéalos durante 20 minutos más o menos, aunque el tiempo exacto dependerá del tamaño de moldes que hayas usado y de la potencia de tu horno.
7. Cuando estén listos saca los muffins de queso viejo del horno y déjalos enfriar sobre una rejilla para que no creen humedad en su base. Degústalos recién hechos preferiblemente.

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