Clasificación del Queso (I)

Seguro que habéis oído que hay una nueva normativa para el etiquetado de alimentos, verdad? Pues hoy nos hemos propuesto que conozcáis como se clasifican los quesos, para que sepáis que estáis comprando, y si lo que compráis coincide con lo que pone en la etiqueta. Hay múltiples criterios, pero vamos a empezar por el más conocido, el tiempo de curación. Aquí podemos establecer una gran diferencia entre los quesos frescos y los quesos madurados. Los primeros se pueden consumir en cuanto termina su proceso de fabricación. En cambio, los segundos deben conservarse durante un tiempo a una temperatura y humedad determinadas. En este segundo caso es donde se produce otra diferenciación, entre quesos tiernos, semicurados, curados, viejos y añejos. En la siguiente tabla podéis ver cual es el tiempo de maduración necesario de cada uno de ellos. Otro de los criterios que se utilizan, pero que no es tan conocido es el contenido en materia grasa. Se expresa como porcentaje de la grasa sobre el extracto seco total, encontrando desde quesos desnatados hasta quesos extra grasos. Y el último criterio que vamos a ver hoy es la consistencia de la pasta. Es decir, lo que se mide en este caso es la humedad que tiene el queso sin tener en cuenta la grasa, es decir, el contenido de humedad sin extracto seco (HQD) Y en este caso vamos desde quesos blandos hasta quesos extraduros. ¿Conocíais ya todas estas clasificaciones? ¡Esperamos que hayáis aprendido algo nuevo! Y si teneis alguna duda, ¡estamos encantados de resolverla!